martes, 9 de noviembre de 2010

Un señor va a la tienda convencido de comprarle a su hija la muñeca que tanto ella quería; llega y dice: Disculpeme señorita, estoy buscando una Barbie para mi nena de diez años; ¿sería tan amable de ayudarme? Es que yo siendo padre no entiendo mucho de ello. Claro; le contesta la vendedora: tenemos la Barbie Princesa que vale $80, la Barbie Bailarina que vale $100, y la Barbie Divorciada que tiene un costo de $650. Perdoneme la ignoracia (aclama el comprador) ¿pero por qué esa diferencia de precio? A lo que la jovencita responde: pués, la Barbie Princesa lleva su vestido y su corona, la Barbie Bailarina lleva el su tutú; un cd con música para niñas y sus zapatos de baile. ¿Y la divorciada? Exclama el buen hombre; la vendedora lo mira sonriente y le reponde: bueno la Barbie Divorciada es un poco más completa: viene con la casa de Ken, el auto de Ken, el yate de Ken y el departamento en Pinamar (también de Ken; claro).

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